Ultimamente se habla bastante en todos los medios de una nueva concepción de lo que denominamos racismo: racismo inverso. Lo de nuevo concepto se lo sacan de la manga ahora porque no son capaces de asimilar que ya existía antes; pero, claro, antes sí era bien visto porque la sociedad era la mala de la película que reprimía a sectores y razas. Había que luchar en el bando de los afligidos y oprimidos. Si alguien decía por ejemplo “mira ahí va el gitano” eso era un claro signo de racismo y de exclusión por el término peyorativo.
Pasa el tiempo y estamos a día de hoy en una encrucijada que nos está llevando a tener que medir tanto las palabras que cualquier cosa de nada hace saltar las alarmas. Si hablas con una persona negra, un gitano, un musulman o simplemente (en mi caso como hombre) con una mujer cualquier gesto o palabra se te volverá contra ti bajo el concepto de que eres un racista. Miedo dá hablar. Esto nos lleva a ser nosotros mismos los excluidos sin razón;obviando lógicamente a los que realmente son racistas. En esto se basa el término racismo inverso, en que hemos pasado de ser los que podíamos acusar a ser los acusados, pero con más virulencia.
Nada más lejos de la realidad por mi parte el quitarle hierro al término racista, no se puede; pero sí reivindicar ciertos tratamientos que en sí no tienen nada de racista siempre y cuando sean hechos desde el más puro respeto hacia las personas. Por poner algunos ejemplos: podría decir gitano sin rencor ya que pertenecen al pueblo gitano que ellos mismos reivindican. Diría negro a esas personas que son “de color” ¿qué color? Pues negro por supuesto, o es que solo existe el negro como color, que se lo digan a los chinos y su color amarillento o a los aceitunados hindues. La semana pasada leía en un periódico como Obama y Denzel Washington coincidían en una frase en sendas entrevistas “El racismo no es excusa. El hecho de ser negro y vivir en un barrio pobre no significa que la única salida es ser rapero o jugador de la NBA. Se puede salir estudiando y llegando a ser médico, científico, o lo que queramos ser”. Viniendo de un presidente negro y un actor con dos oscars que provienen de la clase media baja creo que sobran los motivos para poner el hecho de ser negro como parche; sin olvidar que en un país como EEUU todavía colea el racismo y la xenofobia, no solo a los negros, sino a todo lo que venga de fuera.
He metido en el saco el tema de la mujer y la violencia de GENERO (no machista por favor), con el consiguiente riesgo de lapidación por mi condición de hombre porque creo que junto con el tema de los jóvenes y la violencia está para nosotros más a mano y se vé más cercano. Sí señoras y señores, el “racismo inverso” se palpa a flor de piel en éste tema. Cuando se escogió a la fiscal general en España para la violencia de género le hicieron una entrevista en televisión en la cual, con el cargo recien estrenado, dijo tajántemente: “A fecha de hoy en mi departamento asumimos que el 60% de las denuncias que nos lleguen serán falsas. Vendrán mujeres que se querran separar y buscarán el hacer daño, otras por el mero hecho de no saber como decirle a sus maridos que se van e incluso, aunque duele admitirlo, maltratadoras que despues de anular como personas a sus maridos terminarán denunciándolos a ellos como maltratadores”. La cara de la periodista fue un poema y solo acertó a desearle suerte en su tarea. ¡el 60%! Me quedé de piedra en ese momento, pero luego he constatado personalmente en la calle y he oido conversaciones que me ponían los pelos de punta: mujeres que en una simple conversación han amenazado con que cuando se harte con denunciarlo basta, que así lo deja sin nada, etc.. y en medio la ralea de famosas acusando en los programas del corazón, la última la pija y saboría Lidia Bosch. Por Dios, que credibilidad tiene el otro 40% de mujeres que sí merecen que a sus “machos” les cortaran sus atributos y los expusieran en la plaza pública mientras se mofaran de él (y eso sin llegar a ser cruel). Ese circo también seguro que lleva a otras mujeres a pensarse el denunciar por temor a que no le crean, sobre todo esas que nadie sabe nada ni oye nada y que terminan la mayoria apareciendo en las portadas y telediarios con esos vecinos que dicen: “Si parecían una buena pareja, no hemos oido nada”.
En fin, no quiero profundizar mucho más. Creo que ha quedado claro el propósito de ésta entrada: hasta el día que dejemos de hablar de igualdad no llegaremos a conseguir ésta. Yo soy blanco, tú eres negro, tú eres sudamericano, tú eres chino…y no pasa nada, todos somos iguales como personas. En cuanto a las mujeres, físicamente es imposible ser iguales (aún con la cirugía), pero como entes humanos sí realizamos una misma función y no debemos discriminarnos por el sexo. Ahora, como siempre, os toca a vosotros opinar sobre el tema en cuestión. Saludos desde Tauri donde hace también mucho calor…
4 comentarios:
Hoy hemos de tener mucho tacto con nuestras palabras,pero todo es reeducarse.El racismo existe y de forma dura en otros paises por desgracia.La homofobia persiste en nuestro país y la violencia de género hasta en nuestro pueblo.
Es también cierto que en nombre de ello se aprovechan much@s neci@s y hacen daño a la credibilidad de los que realmente lo sufren.
Pienso que hemos de seguir luchando por evitar el racismo,la homofobia,la violencia de género,las violaciones de menores y todo ello desde la educación.
Quien hace la ley, hace la trampa dicen. Ese es un gran problema porque la violencia de género es un tema muy importante y "vengarse" una mujer denunciando falsamente a su marido es otro golpe a las verdaderas mujeres maltratadas.
Con respecto al racismo inverso, sí que he observado que algunos inmigrantes acusan de ser racistas a personas sin fundamentos, solo para escudarse
Tienes razon!! ultimamente hay controlar al milimetro lo que se dice, o enseguida tachan a la gente de machista, retrograda,.....
Un ejemplo:
El otro dia viendo La noria, como cumplia 100 programas, hicieron un resumen de algunos momentos, y el mas visto y zapeado fue el de M. Anton. Igles. y M. Angel Rguez., que el pobre le dijo (serio, pero en plan broma): "Maria Antonia, tómate la pastilla" y casi no se lo cargan alli, machista cabr.., fascista.......!
El Pobre se quedo......, la verdad esas calificaciones no venian a cuento.
A parte en su dia y ahora me sigue haciendo mucha gracia, esa actitud no es normal!!
A ver si ahora no se puede hablar!!!!
Saludos!!!!
Y por su supuesto, q la ley tiene que controlar y castigar el maltrato tanto a la mujer como al hombre ( q en muchos casos se lleva la peor parte!
Saludos!!
Es cierto que hay que medir las palabras y creo que deberíamos hacerlo en la medida de los posible. De todas formas, me ha gustado el concepto de "racismo inverso". Zalu2.
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